LA TRAICION DE ROMA

Descripción

¿Cómo murieron Escipión y Aníbal? Los dos legendarios generales son famosos por sus gestas durante la segunda guerra púnica: Aníbal por su increíble periplo por los Alpes con su ejército y sus innumerables victorias contra los romanos en suelo itálico; Escipión por su conquista de Hispania y su estrategia de llevar la guerra a África donde el 19 de octubre del 202 a.C. consiguió derrotar a Aníbal en una épica batalla campal en las proximidades de Zama. ¿Pero y después? ¿Qué fue de ambos guerreros? Ninguno de los dos murió en Zama. Ambos supervivieron a la segunda guerra púnica y ambos regresaron a sus ciudades, a Roma y a Cartago, y allí cada uno emprendió una carrera política como gobernante en las épicas metrópolis del Mediterráneo antiguo. Los dos eran fuertes, poderosos, nobles pero, de igual modo, los dos tenían enemigos temibles alimentados por la envida que producían sus heroicidades. La historia tiende a olvidar lo que fue de ellos tras su enfrentamiento en Zama, pero sus vidas aún dieron para muchos momentos de gloria y esplendor para Roma y para Cartago, al tiempo que ambos, ironías del destino, compartieron la experiencia cruel de verse traicionados y despreciados por los mismos a los que habían salvado de la destrucción total. En su ascenso y en su declive, Escipión y Aníbal parecen almas gemelas sólo separadas por pertenecer a bandos opuestos, a ciudades irreconciliables. Cuando Escipión y Aníbal abandonaron elcampo ensangrentado de Zama, Aníbal para refugiarse en Cartago y Escipión para esperar en Útica más refuerzos y la rendición incondicional púnica, ninguno de ellos sabía que en un futuro no demasiado lejano sus destinos habrían de volver a cruzarse para hablar, en tiempos de paz, y para, una vez más, combatir a muerte, en medio del fragor de una nueva guerra en la lejana Asia ¿Qué podría ocurrir si en mitad de esa locura, Escipión viera en peligro la vida de su único hijo varón? ¿Hasta dónde debe llegar un hombre por salvar a su hijo? ¿Y hasta dónde puede llegar el ansia de venganza de quien ha sido derrotado y, el azar o los dioses, pone en su mano la herramienta con la que conseguir satisfacer su necesidad de revancha? Se trata de la parte final de la vida de dos hombres que tuvieron en sus manos el destino de la antigüedad, en un tiempo pasado, en unos años casi olvidados, el crepúsculo de dos generales, que incluso en sus momentos de mayor declive eran aún los dos hombres más impresionantes, temidos y admirados de su mundo. Los ojos de todos estuvieron fijos en ellos hasta su último aliento y aún más: los ojos de decenas de miles de lectores hoy día, están pendientes de conocer lo que pasó en aquellos últimos años casi siempre ignorados por la historia. Y quedan además otras incógnitas: ¿escribió Escipión unas memorias? Y si así fue, ¿dónde están? ¿Qué fue de ellas? ¿Qué escribió en cada página? ¿Qué pensaba Publio Cornelio Escipión, al final de sus días, de sus amigos, de Lelio, de Emilio Paulo, de su familia, de su esposa, de su hijo, de sus hijas, de sus enemigos políticos, de Catón, de Graco? ¿Qué pensaba Escipión, en definitiva, de su eterno oponente? ¿Qué pensaba Escipión de Aníbal? ¿Y qué pensaba Aníbal, justo antes de morir, del único hombre que fue capaz de vencerle?